En materia de
comercio exterior todos los factores son importantes, incluso aquellos relacionados con el
bienestar general de la población de un determinado país. Ello, aunque no lo creamos, puede decantar la balanza para la aceptación de un determinado producto para su
exportación por parte de
empresas exportadoras.
Son varios los
organismos oficiales,
entidades privadas e
investigadores que han elaborado
índices de bienestar o calidad de vida que miden de
forma subjetiva el grado de satisfacción con la vida de los habitantes de ciertos países según unos indicadores previamente establecidos que complementan porcentajes económicos tradicionales.
A continuación enumeramos algunos de ellos y detallamos algunas de sus características específicas:
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Índice para una vida mejor. Promulgado por la
OCDE, el organismo encargado de aglutinar las economías desarrolladas mundiales y que ayuda a diseñar mejores políticas que ofrezcan una mejor vida a sus ciudadanos. Estamos ante un índice que mide el
nivel de bienestar de 38 países. Dicho índice analiza el porcentaje de bienestar de cada país tomando como referencia
11 indicadores (vivienda, ingresos estimados, empleo, comunidad, educación, medio ambiente, compromiso cívico, salud, satisfacción, seguridad, y balance estimado de vida-trabajo) esenciales para mantener unas condiciones y una calidad de vida óptima. En función de la relevancia que le demos a cada uno de esos indicadores variará el posicionamiento de un país en el ranking.
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Índice global de calidad de vida. Creado por la
Economist Intelligence Unit, la metodología es muy parecida a la anterior. En este caso, la última edición del índice se calculó en 2015 a partir de encuestas subjetivas que se basaban en
5 factores objetivos (estabilidad, servicios de salud, cultura y ambiente, educación e infraestructura). Los datos obtenidos pertenecen a 140 países y territorios.
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Índice de desarrollo humano. Elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (
PNUD), es un indicador social basado en
tres parámetros: vida larga y saludable, educación y nivel de vida digno. El IDH surgió como una iniciativa del economista pakistaní
Mahbub ul Haq con la idea de clasificar a los países dejando a un lado las variables tradicionales. El último informe se publicó a mediados de diciembre del 2015.
Por otro lado,
Michael Porter, autoridad mundial en estrategia empresarial, consultoría y desarrollo económico de naciones y regiones, entre otras disciplinas, encabeza el análisis de un nuevo indicador: el
Índice de Progreso Social (SPI). Dicho índice nace con la voluntad de mejorar el Índice de desarrollo humano, y es por ello que solo se incluyen indicadores sociales y medioambientales y no puramente económicos.
La medición se realiza a partir de
54 indicadores que se basan en
tres dimensiones principales: necesidades humanas básicas, bienestar fundamental, y oportunidades de progreso. El total de países calificados son 133 y la última versión publicada es de 2015.
Análisis
Algo que puede desprenderse fácilmente de estos índices cuando se analizan a fondo es que
una buena economía no significa gozar de “buenas salud” en el resto de los indicadores. Muchos países ricos tienen deficiencias en el sentido de comunidad y, por el contrario, países no tan ricos ganan puntuación en ese sentido.
Las prioridades, evidentemente, no son iguales en cada país. Sin embargo, por regla general,
los indicadores que la población considera más importantes son tener salud y un buen empleo. Como decimos, cada país es radicalmente diferente y así lo demuestran, a título de ejemplo, Ucrania y México – el primero considera los ingresos como el factor más importante, mientras que el segundo toma la educación como su pieza fundamental.
Todos estos datos, si se analizan con detenimiento, pueden aportar más información a todas aquellas empresas que quieran iniciar una aventura exportadora a otros países y que no quieran centrarse exclusivamente en datos económicos.